"El día que cumplí 33 años, me di cuenta de algo que cambiaría mi vida para siempre, después de una noche de celebración con mis amigas.
Ahí estaba yo, con mi ritual de siempre: crema hidratante, suero de vitamina C y mi carísima crema antiarrugas (sí, ya había empezado con eso).
Pero esta vez, noté algo que hizo que mi corazón se detuviera por un segundo.
No eran arrugas profundas ni canas evidentes.
Esa luminosidad natural que siempre había dado por sentada, ese 'glow' que me hacía parecer descansada incluso después de una noche de trabajo, comenzaba a apagarse.
Las señales habían estado ahí durante meses.
El café de la mañana ya no era suficiente para mantenerme despierta en las reuniones de la tarde.
Mi rutina de ejercicios, que antes me energizaba, ahora me dejaba agotada por días.
Y esas pequeñas líneas de expresión que antes desaparecían después de una buena noche de sueño... bueno, ahora parecían haberse instalado permanentemente.
Cada vez que me encontraba con amigas del colegio, no podía evitar notar cómo algunas parecían haberse congelado en el tiempo, mientras otras... bueno, parecían haber envejecido una década en solo unos años.
'¿Qué están haciendo diferente?', me preguntaba constantemente.
Había probado todo: desde costosas cremas francesas hasta suplementos de colágeno, jugos verdes y rutinas de ejercicio intensivas.
La gota que colmó el vaso fue cuando, revisando fotos de Instagram de hace apenas dos años, mi mejor amiga comentó casualmente: 'Wow, ¡qué diferente te ves ahí!'
Estas palabras destrozaron a Ana.
No lo dijo con mala intención, pero esas palabras resonaron en mi cabeza durante días.
Fue entonces cuando el destino intervino. En una de esas tardes de investigación obsesiva sobre antienvejecimiento (sí, me había convertido en ese tipo de persona), me encontré en un evento de bienestar donde una investigadora de Harvard estaba presentando sus últimos descubrimientos sobre el envejecimiento celular.
Lo que esta mujer compartió en los siguientes 30 minutos no solo cambió mi perspectiva... cambió el curso de mi vida por completo..."