Las arrugas, la fatiga, la piel apagada… no son más que señales externas de algo más profundo: la caída de los niveles de NAD+.
El NAD+ es una molécula esencial que vive en todas tus células. Es responsable de activar funciones clave como la reparación del ADN, la producción de energía y la defensa contra el envejecimiento.
Pero hay un problema: después de los 40, tus niveles de NAD+ caen en picado. Y con ellos, también lo hacen tu energía, tu luminosidad y tu capacidad de regeneración.
¿La solución? No es una crema.
Es una combinación única de precursores naturales de NAD+ como Nicotinamide Riboside y Resveratrol, que actúan en el núcleo de tus células para activar procesos de reparación y rejuvenecimiento.